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domingo, 19 de octubre de 2008

Las anécdotas de mi vida en El Plomo

Mi hermano y yo en El Plomo (Almería) que es donde ahora está el Parque Nacional de Cabo de Gata
El Plomo es una calita de la provincia de Almería. Como dice en mi blog Isabel de Melilla, yo nací en Melilla y con siete años mi padre se metió en las Fuerzas Armadas y lo destinaron a esa cala que esta a veinticinco kilómetros aproximadamente de Almería. Allí llegamos mis padres, mi hermano y yo. Nosotros veníamos de una ciudad grande en relación a donde íbamos que sólo éramos siete guardias, un cabo y un cortijero, en lo alto de un monte y abajo la cala. No había luz ni agua corriente. Nosotros teníamos eso en Melilla, pero claro,poco que comer. Entonces mi padre se tuvo que buscar las habichuelas y lo vendieron todo para poder irnos.
En Melilla yo iba a un colegio de monjas y ya sabia francés con siete años, pero cuando nos fuimos a Almería no pude ir al colegio, porque estaba a siete o ocho kilómetros y había que ir por un camino por los montes. El pueblo se llama Agua Amarga, no se si alguien lo a oído nombrar, así que iba a lo mejor un día si y cientos no porque si llovía mi madre no me mandaba (como era pequeña pues le daba miedo) así que cuidaba de mi hermano, J. que yo le llevo cuatro años pues soy la mayor de todos y la madre segunda de todos. Para poder ir a Almería, nos teníamos que levantar a las cuatro de la mañana para poder coger el autobús a las siete. Un día cuando ya llevábamos un año mi madre se quedó embarazada de mi hermana C., y en unas de las revisiones en la que mi madre tuvo que ir a Almería pues íbamos todos mi padre iba andando y mi hermano montado en una aguadera y yo en otra mi madre sentada en el lomo de la burra y paramos en casa de una cortijera que nos pillaba de camino que quería que mi madre le trajera algo de la ciudad.
Mientras esperábamos que esa mujer le diera el dinero a mi padre, la burra se quedó dormida y mi madre salio despedida por la cabeza de la burra y yo dije que los catorce kilómetros que quedaban para coger el autobús yo los hacia andando y jamás me monte en un burro. De allí tengo muchas anécdotas que contar, ya contaré la anécdota de la carne que es muy buena. Creo que por hoy ya os he aburrido demasiado, perdonar por las faltas de ortografía pues el cole lo he pisado con cuarenta y ocho años que me saque la secundaria, un saludo

3 comentarios:

Paco Bernal dijo...

A mí me gusta mucho la foto. Es una de mis preferidas. La verdad es que la vida entonces era muy dura. Pero también tienes la suerte de haber vivido en un parque natural...Besos

Te de llimona dijo...

Preciosa foto... Los que hemos no podemos ni oler lo que fue pasar penurias en otra época, no sabremos reconocer hasta qué punto nuestros padres son la generación del palo: lo pasaron mal de pequeños y luego se sacrificaron por nosotros...

amelche dijo...

Eso digo yo: no todo el mundo ha vivido en un parque natural. La historia me recuerda un poco a las que cuenta mi padre del pueblo en Cáceres. Sobre todo, por lo de ir en burro.